¿Cómo se desarrolla la función referencial y la función apelativa en los textos funcionales?

 

En los textos funcionales predominan dos funciones lingüísticas, primordialmente: la apelativa (o conativa) y la referencial. En este sentido, puede decirse que esta clase de textos están estructurados como si se estuviera realizando una orden. Con este tipo de textos, podemos dirigirnos a un receptor en forma directa, clara y precisa para indicarle los pasos o acciones a seguir para realizar una o varias acciones.

Sin embargo, antes de responder a la pregunta que da título a esta entrada debemos recordar algunos conceptos. Tal y como vimos en el curso de TLR1, las funciones del lenguaje son las formas que adoptan los mensajes en virtud del propósito por el cual fueron estructurados. Estas funciones están relacionadas con los diferentes elementos que intervienen en el proceso de comunicación. Según señala el mismo Roman Jakobson, en este proceso:

El HABLANTE envía un MENSAJE al OYENTE. Para que sea operativo, ese mensaje requiere un CONTEXTO al que referirse […] susceptible de ser captado por el oyente y con capacidad verbal o de ser verbalizado; un CÓDIGO común a hablante y oyente, si no total, al menos parcialmente (o lo que es lo mismo, un codificador y un descifrador del mensaje); y, por último, un CONTACTO, un canal de transmisión y una conexión psicológica entre hablante y oyente, que permita a ambos entrar y permanecer en comunicación (1985, p. 32).

A cada uno de estos elementos, le corresponde una función determinada, tal y como se muestra en la siguiente imagen:



Se entiende por apelativa aquella función lingüística que está “Orientada hacia el OYENTE”. Es decir, está enfocada en dirigirse al receptor, por ello Jakobson “la función CONATIVA encuentra su más pura expresión gramatical en el vocativo y el imperativo” (1985, p.32). ¿de qué manera se encuentra presente esta función en los textos funcionales? Esta función se desarrolla en la medida en que el emisor pretende generar una reacción determinada en el receptor, dirigiéndose a él de manera determinada. A través del uso de esta función nos dirigimos a un receptor definido para captar su atención, y transmitir cierta información.



En cambio, la función referencial está orientada hacia el contexto, y su cometido primordial consiste en transmitir datos objetivos de la realidad compartida entre emisor y receptor. De esta manera, podemos señalar que la función referencial se desarrolla en la medida que intentamos comunicar una información a un receptor sobre un hecho de la realidad (comentar un suceso, señalar un lugar o fecha en específico, detallar acciones a seguir,  describir objetos, explicar conceptos, etc.).



Por lo señalado anteriormente, podemos decir que en los textos funcionales se desarrollan las funciones referencial y apelativa cuando necesitamos informar sobre datos concretos del mundo a un receptor, o varios, para que se realice una acción en específico. Esta acción puede mover al receptor de manera inmediata, como en una orden, o en una receta de cocina, o puede desarrollarse de manera atenuada (como cuando exponemos información con el fin de concientizar a alguien sobre las implicaciones éticas o morales de un hecho o suceso)






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